No sé
en vuestras casas, en la mía se escuchaba a las mujeres cantar por el patio de la cocina, mientras hacían
las labores. De vez en cuando también algunas
conversaciones de vecinas, mientras colgaban la ropa. Se preocupaban unas por
otras, por los que estuvieran enfermos, por lo bueno y lo malo que sucedía.
En
casa teníamos una cocina muy grande, con unas losetas cálidas de color granate
en las que me dejaban pintar truquemés o caminos para jugar, con mis hermanos, a
los güitos. Por las tardes ama planchaba y nosotros hacíamos los deberes,
merendábamos y escuchábamos en la radio Diego Valor, Miguel Portolés y el Mekong
de los Viganes (O algo así). Ama cantaba mucho y yo aprendía las canciones y
luego cantaba con ella. Zarzuelas o folklore. Esta canción la aprendí de
memoria y aún la recuerdo.
A veces uno llora por
dentro. Y duele mucho.
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