Durante un tiempo la vida le pareció un juego
y se convirtió en un experto en jugarlo. Todo le resultaba divertido, todo se
le daba bien. Le gustaba su trabajo, le había costado un poco llegar a donde
había llegado, pero conocía los trucos y como no le importaban los demás, los
había puesto en práctica sin preocuparle quien caía a su paso. Tenía exito con las mujeres pero a él le gustaban todas.
La vida es un viaje de ida y vuelta, con
algunas paradas entre medias. En ese trayecto algo bueno y algo malo debe
suceder. Claro que él no pensaba en ello. No quería saber. Por eso aquella enfermedad le pilló de
sorpresa; quien podía imaginar que iba a pasarle a él, tan lleno de vida.
Lo
pasó mal, fue largo y doloroso y tuvo la oportunidad de sentir que no tenía
amigos.
También le dio tiempo a pensar. No hay
moraleja en su historia, siguió con su vida, siguió jugando, pero ahora el
juego era distinto. Y él también.
R.G.P.

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