Me digo
que es solo un pájaro, pero este pájaro tiene nombre, se llama Borja Mari. Es
algo ridículo un nombre así para una agaporni, lo reconozco, pero llegó a casa
con tres días, la crié a biberón y no sabíamos si era hembra o macho. Por si
acaso, pensamos. Resultó hembra, pero se quedó con el nombre. Me parece que a
ella no le ha importado nunca.
Acaba
de morirse. Es un pájaro, me vuelvo a decir. Bueno ¿y qué? pero es mi pájaro y
nos queríamos. Nunca se aprende suficiente de las cosas y tampoco de los
animales. Tienen ocultas cualidades y habilidades insospechadas.
¡Qué
pena! tan pequeña, tan indefensa, tan muerta. La he envuelto en una balletita,
la he metido en la caja de un jarabe que era de su tamaño y la he dejado en una
jardinera en mi terraza.
Sí, ya
lo sé, mueren muchos niños de hambre y enfermedades, otros ahogados en el mar,
personas por las guerras... lo sé. Me duelen. Y también Borja Mari, aunque
fuera un pájaro solamente. Pero nos queríamos.
2 comentarios:
Lo siento. Yo te entiendo. Hay gente que no es capaz.
No hay que sentirse culpable por tener sentimientos. No se "gastan". Y creo que nos hacen mejor personas. Podemos sentir dolor por las cosas terribles que están pasando en el mundo y también por la muerte de un pequeño ser vivo. No es incompatible.
Piensa en los buenos momentos. En lo feliz que ha sido en tu compañía.
Un beso.
Muchas gracias, consuela ver que alguien te entiende. Creo que somos muchos los que amamos a los animales.
Un beso.
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